- ¡No vas a olvidarme! Lo sé. No después de todo lo que pasamos juntos. ¿O es que ni siquiera te importo como aliado?
Su voz sonaba con convicción sobre lo que mi memoria no podía lograr. Pero con duda y tristeza hacia mi anhelo por él. Quería saber la verdad de todo entre nosotros. A él no le importaba recibir una bala ahora y sangrar luego con tal de saber lo que mi corazón quería. No quería mentirle a él, no cuando ambos parecíamos tan miserables.
- Solo los dioses saben cuánto me importas, y te aseguro que están asustados por ello. Nunca podría olvidarte, pero te superare con el tiempo y seguiré adelante.
Dejo de balancearse al escuchar mis palabras y me observó seriamente.
- Eso es todo lo que soy para ti ¿no? Solo una tormenta pasajera.
Quería golpearle en la cara muy fuerte, cuando quería el idiota podía ser muy irritante. Si yo le decía que estaba enamorada de él, me convencería que lo intentemos, se acercaría, me besaría y yo me dejaría llevar. Una parte de mi quería tenerlo pero la otra parte sabe que de esta forma estará a salvo. Sabe que él es tan fuerte como yo o más para poder superarme. Así que le dije lo que él seria y lo que me gustaría ser si me superaba. Ya que estamos hechos del mismo material.
- Serias una hermosa tormenta que me hizo despertar.
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